¿En qué consiste
el tratamiento?
El aumento de pómulos con ácido hialurónico es un tratamiento médico estético ambulatorio que consiste en inyectar, cuidadosamente en pequeñas cantidades, el ácido hialurónico justo por encima de la estructura del hueso del pómulo y agregar volumen a los puntos de belleza, recuperando el volumen perdido en las mejillas.
Los pómulos son los responsables de sostener los ojos y interactúan con la línea mandíbular, ayudando a su definición y a sombrear el tercio medio de la cara. Los pómulos son una parte fundamental del rostro y resultan clave para su armonía y proporción.
Con el paso del tiempo la turgencia y elasticidad de la piel comienzan a disminuir produciendo la pérdida de volumen en los pómulos y la pérdida de la apariencia juvenil. Como consecuencia las mejillas se ven caídas y sin volumen, contribuyendo a un rostro más envejecido y demacrado, sobre todo en aquellas personas de constitución naturalmente delgada o que han perdido peso de forma rápida.
El tratamiento de ácido hialurónico para el aumento de pómulos es apto para todas las personas, independiente de su edad, sexo o tipología de piel, además de ser poco invasivo ya que no requiere de cirugía.
Técnica
El relleno de pómulos con ácido hialurónico consiste en inyectar, cuidadosamente en pequeñas cantidades, el ácido hialurónico justo por encima de la estructura del hueso del pómulo y agregar volumen a los puntos de belleza, recuperando el volumen perdido en las mejillas.
El aumento de pómulos se puede hacer en una sesión y en algunos casos que se desee un volumen más importante recomendamos hacerlo en dos sesiones para poder valorar progresivamente el volumen deseado.
Su aplicación suele ser con cánulas (agujas muy finas de punta redonda) que minimizan la posibilidad de pequeños moraditos que en caso de producirse desaparecen en unos días.
La sesión de aumento de pómulos dura de 20 a 30 minutos y se trata de una técnica rápida, eficaz y segura cuyos resultados pueden apreciarse inmediatamente.
Objetivos
El objetivo del tratamiento es mejorar los pómulos y en consecuencia, la apariencia general del rostro.
Corregir las mejillas caídas o con poco volumen, suavizar las arrugas del tercio medio y conseguir una mejor definición del rostro, rejuvenecer la expresión de la cara.
Este tratamiento también se puede utilizar para eliminar surcos o arrugas en los pómulos o para disminuir el efecto de tener los huesos de la cara muy pronunciados.